"Pelea de gallos" de María Fernanda Ampuero
Editorial Páginas de espuma, Madrid. 2018.
"Soy guayaquileña, feminista, emigrante y escritora". Con esta carta de presentación me introduje en los relatos del libro "Pelea de gallos" (Editorial Páginas de espuma, Madrid. 2018) de María Fernanda Ampuero. Son trece cuentos, en general muy breves, que abordan desde una perspectiva feminista la problemática de la violencia y los abusos en el ámbito familiar. En casi todos los casos se trata de la mirada de una niña que sufrió alguna o muchas violencias, desde las simbólicas hasta las más crueles, en su tránsito a la vida adulta. Los escenarios donde transcurren las historias varían entre familias de clase alta y media, a sectores muy humildes sumergidos en la pobreza y la brutalidad. Abundan en sus relatos escenas grotescas y escatológicas donde todo se describe en un lenguaje directo y coloquial.
El primero de los cuentos que se titula
"Subasta", está narrado por una mujer que se encuentra
"de rodillas, con la cabeza gacha y cubierta con un trapo inmundo" (pág.5). O sea, secuestrada. Mientras recuerda su infancia en las peleas de gallos a las que asistía con su padre y era sistemáticamente violentada, nos explica su caída en una red de trata que subasta personas con base al mejor postor. El nivel de violencia del relato es impactante.
El segundo de los cuentos es
"Monstruos" y esta narrado por una niña que mira películas de terror con Mercedes ("
Blanquita, debilucha"), su hermana gemela. Ante la ausencia de los padres en la casa, ambas niñas se refugian en el cuidado de Narcisa, una niñera que tiene a penas dos años mas que ellas. El día que a las niñas les llega la regla, Narcisa les advierte los peligros de ser mujer:
"Nos estaba haciendo daño cuando dijo
que ahora sí que teníamos que cuidarnos más de los vivos que de los muertos,
que ahora sí que teníamos que tenerles más miedo a los vivos que a los
muertos" (pág. 14).
El tercero de los cuentos,
"Griselda", lleva como título el nombre de una mujer que se dedicaba a hacer tortas temáticas para los cumpleaños de los niños del barrio. Conoceremos parcialmente su historia de violencia familiar a través del relato de una de las niñas vecinas que cada año elegía su torta con algún personaje favorito. La temática de este relato vuelve a ser la perdida de la inocencia en la infancia y la conciencia del ingreso a un mundo machista y violento en el momento que encuentran a Griselda muerta.
El cuarto de los cuentos es
"Nam" y está narrado por una mujer que recuerda el descubrimiento de la sexualidad y su identidad homosexual durante su adolescencia. Este camino de exploración pero también de mucho sufrimiento por la discriminación sufrida -"
A mi tampoco me aceptan pero l
o mío es lo de siempre: gorda, morena, con lentes, peluda, rara"(pág. 19), es recorrido junto a una compañera del secundario, -quizá el primer amor- y su hermano.
En el quinto de los cuentos
"Crías", una mujer nos cuenta su regreso a su ciudad natal, a la que abandonó hace muchos años, al igual que sus vecinas gemelas, Victoria y Vanesa. En su regreso visita a uno de los hermanos de las gemelas, el
raro, ya convertido en adulto también. Nuevamente reaparece la violencia hacia las mujeres y niñas en el ámbito familiar. En un tramo puede leerse
"...tragándome las lágrimas porque en mi casa cuando te estás
ahogando comes y cuando nadie te rescata comes y cuando estás morada,
hinchada, muerta, comes. Mamá de todos modos no iba a hacer nada". (pág.29).
"Persianas", cambia por única vez en todo el libro a un narrador varón (Felipe), aunque también niño. Al igual que casi todos los relatos que fijan su atención en la perdida de la inocencia con algún hecho particular o traumático, en este caso se suma el mandato de asumir una masculinidad que es rechazada por el niño que narra la historia.
En
"Cristo", el séptimo de los relatos, conocemos a una niña que tiene que cuidar a su hermano bebé (y gravemente enfermo), mientras su madre se ausenta en la casa. La enorme responsabilidad del cuidado de un bebé se mezcla con un "ser niña" que se desvanece demasiado rápido ante tantas obligaciones impuestas y dificultades económicas familiares. Irrumpe el tema de la religiosidad en los sectores populares, pero creo que de una forma no demasiado convincente.
"Pasión", es la historia de otra mujer que sufre una violencia extrema en su ámbito familiar hasta que un día decide escaparse para seguir a un profeta religioso de quien recibirá
los únicos actos de ternura en su vida.
"Luto", el octavo de los relatos, transcurre en una
casa grande con sirvientes y esclavos donde viven tres hermanos, María, Marta y un hermano que ejerce la más cruel de las violencias contra sus hermanas, especialmente contra Marta, luego de encontrarla en su habitación masturbándose. Junto con "Subasta", el primero de los relatos, es el que más escenas violentas y escatológicas contiene.
En
"Ali", el noveno de los cuentos aparece otra vez el tema de las violaciones en el seno familiar, de padres y hermanos, hacia las niñas de las casas. Lo diferente en este caso es que la narración no es en primera persona desde la voz de la víctima, si no desde las sirvientas que trabajaban en la casa familiar y cuidaban a la tan generosa y amable niña Alí.
Los últimos tres que están narrados en tercera persona son
"Coro": sobre la mirada que tienen tres mujeres del personal doméstico.
"Cloro": la historia de una mujer posiblemente europea que observa desde la ventana de un lujoso hotel latinoamericano, a tres hombres morenos limpiando una piscina, mientras reflexiona sobre su propia decadencia física. Y finalmente
"Otra", que trata sobre la dependencia económica de una mujer que hace las compras en el supermercado. A pesar de su brevedad éste último me ha parecido muy interesante porque toma un camino diferente al resto de los relatos.
En general me ha gustado el libro, aunque en este caso los relatos no mantengan un nivel parejo. Sin dudas, los tres primeros están muy por encima del resto de los cuentos. Por otro lado, promediando la mitad del libro, uno termina de saturarse un poco con tanta reiteración en la forma del abordaje, los recursos narrativos y las escenas descritas. Leerlo de una vez no ha sido una decisión del todo acertada. Sin embargo, "Pelea de gallos" no deja de ser un buen debut literario y un punto de partida firme para un trabajo que se afianzará con las próximas publicaciones.